Especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) advierten sobre el riesgo para la salud que implica consumir huevo en exceso, ya que se expone a las enfermedades cardiovasculares, por lo que se recomienda a las personas sanas no comer más de dos a la semana.
El doctor Fernando Martínez Angulo, director de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) 34 del IMSS en Tijuana, explicó que al incrementar los niveles de colesterol en el cuerpo y que se encuentra en la yema del huevo, aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares debido a que puede taponar las arterias.
Agregó que su ingesta en dosis adecuadas es benéfica, ya que contiene valor en proteínas de la más alta calidad e incluso es indispensable durante las etapas del crecimiento, como la infancia, adolescencia y en el embarazo.
Indicó que, para tratar la anemia o desnutrición, el huevo es un excelente alimento, debido a que contiene vitaminas, minerales, proteínas y grasas, pero con la recomendación que se consuma como máximo un par a la semana.
En exceso, junto con otros factores de riesgo como el tabaquismo, sedentarismo, antecedentes familiares con hiperlipidemias (elevación de grasas en la sangre), estrés, obesidad y una dieta rica en grasas de origen animal, incrementa el riesgo de sufrir alguna enfermedad cardiovascular.
El colesterol es indispensable para la fijación del calcio, formación de huesos y prevención de raquitismo. Además, interviene en la creación de hormonas y sales biliares y en el transporte de grasas desde el torrente sanguíneo a todos los tejidos del organismo.
El doctor Martínez Angulo aseguró que resulta en un mito que el huevo rojo tenga más cualidades nutritivas que el blanco, pues ambos contienen la misma cantidad de lípidos y de proteínas.
Finalmente recomendó evitar el consumo de huevo crudo, por la porosidad de la cáscara, con el riesgo que esté contaminado, sobre todo si se lava con agua y deja a la intemperie y puede ser portador de salmonelosis.
Lumbalgia, afecta más a los jóvenes: IMSS Baja California
Importante acudir al especialista si presenta fiebre, pérdida de peso e incontinencia.
- Con tratamiento, el paciente recupera sus capacidades previas a la lesión.
Aunque es considerada muy común, sus síntomas y su gravedad varían mucho; la lumbalgia es la distensión de un ligamento o músculo de la espalda, originada comúnmente por levantar algo pesado, torceduras o movimientos bruscos.
El director de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) número 28 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), doctor Carlos Alberto Castro Rodríguez, explicó que el dolor provocado por el padecimiento de los más incapacitantes, por lo que la atención médica debe ser inmediata.
Señaló que algunas de las principales causas suelen ocurrir con más frecuencia en personas jóvenes –20 a 30 años- ya que experimentan dolores de espalda surgidos del espacio intervertebral, como una hernia discal o la diartrosis por una distensión de un músculo, “los adultos mayores son más propensos a sufrir un dolor provocado por la degeneración de las articulaciones –como la artrosis o la estenosis- a consecuencia de una fractura”, indicó.
Castro Rodríguez, dijo que la lumbalgia se manifiesta con dificultad para moverse, debilidad u hormigueo en las piernas, espasmos musculares y molestia ante la palpación.
Puntualizó que en la mayoría de los casos no se requiere de atención urgente, pero los pacientes que experimenten lumbalgia por un traumatismo grave o que viene acompañada de fiebre, escalofríos, pérdida de peso reciente inexplicable, debilidad en las piernas, incontinencia intestinal o vesical; así como dolores abdominales fuertes y continuos, deben de acudir de inmediato al especialista.
Las lesiones son muy comunes, pero con el diagnóstico, tratamiento y rehabilitación adecuada, los pacientes recuperan sus capacidades previas a la lesión. Por ello, el especialista investigará la causa del dolor, como una infección, tumor o fractura.
Finalmente, el médico del IMSS dijo que con frecuencia este tipo de molestias se curan por sí solas, por lo que recomendó una combinación de descanso, aplicación de hielo o calor, antinflamatorios, estiramientos leves y progresivos y ejercicios para la parte inferior de la espalda.
